El vinilo impreso y el vinilo de corte es la mejor forma de rotular un cristal. Este tipo de soportes también se pueden serigrafíar o pintar pero en ambos casos, el cristal al ser un material liso, sin poros es más complicado fijar tintas.
El vinilo tiene la facilidad que se puede imprimir en todo tipo de formas y tamaños y luego, a coste bajo, se puede pegar sobre el cristal con facilidad siendo cómodamente removible además admite más formas, colores y en cuanto a imagen la calidad de las imágenes es inmejorable.
Respecto a la elección entre vinilo de corte y vinilo impreso cada uno tiene sus ventajas, el principal es el sol. Cualquier cosa al Sol hasta el acero de los barcos con el tiempo se acaba deteriorando. En el caso del vinilo el de corte admite más durabilidad al sol, fabricantes nos dan hasta 8 años, a partir de entonces se empieza a doblar y cambiar el color. No significa ello que a los ocho años haya que tirarlo, en el caso de que el vinilo esté protegido del sol, dentro de una oficina o lugar sin exposición continua la duración es indefinida.
El vinilo impreso en cambio es más delicado, hasta 3 años al sol de durabilidad de color pero ya se sabe que al sol cualquier cosa dura poco.
La combinación entre ambos es el mejor medio, durabilidad con colores e imágenes y si a eso le añades el vinilo ácido las posibilidades son infinitas.