La placa de identificación personal estándar de nuestro catálogo tiene la facilidad de que puede ser rotulada con todo tipo de impresiones. Una de las formas que nosotros recomendamos es con color. ¿Por qué? Los identificadores pueden ser de todo tipo pero si le damos color son más llamativos. Un ejemplo es la que acabamos de hacer. En un primer momento puede parecer una placa blanca simple, poco llamativa pero incluyendo un logotipo con color la chapa cambia.
El identificador estandar es una placa plenamente personalizable. Empezamos desde un soporte que puede ser de diferentes colores: blanco, negro, verde, rojo o incluso dorado, plata o bronce. Simplemente el color de la base nos da diferentes opciones. Luego está el tamaño, aunque los llamamos identificadores estandar o placas de identificación realmente estándar es porque tienen un soporte sencillo sobre el que poder hacer o imprimir lo que se quiera. El tamaño por tanto también es a medida y no encarece por tener un tamaño determinado a no ser que el tamaño sea excesivamente grande pero gafetes así no los recomendamos aunque los hayamos hecho.
Una vez que optamos por un tamaño podemos decidir si lo queremos con esquinas rectas o redondeadas o con un bisel recto o redondeado. Son pequeños detalles que hacen de un solapero una identificación más específica. Después de esto está la sujeción que nosotros solemos utilizar imán o imperdible pero también se puede usar pincho o pinza.
Para terminar este identificador personalizable llegamos a la gráfica ¿Qué se puede poner? Aquí sí que la infinidad de posibilidades son inabarcables. Lo habitual es un logotipo y un nombre. No obstante puede ponerse un dibujo, una imagen o todo junto. Lo normal es que sea algo sencillo aunque como dice Fangoria: no aclares que oscureces. Así que mejor no decir nada y que cada uno utilice su imaginación para personalizar unas placas de solapa con multitud de posibilidades.